Vitaminas de luz para tu bebé

Este pensamiento me lo compartio una amiga en la mitad de mi periodo de gestación. Gracias Angie, me diste mucha luz. -Diane
EL LADO INVISIBLE DE LA GESTACIÓN
Hay un principio en la naturaleza que pone en manos de la mujer la formación, no sólo del cuerpo físico del hijo o hija que va a nacer, sino también de su temperamento. Cuando la ciencia médica sólo se ocupa de la parte física, está dejando fuera elementos que determinarán, en gran parte, la vida futura del bebé.
Durante la fecundación, el padre le da a la madre un germen de vida con las cualidades que el padre aporta. Estas pueden ser las de un hombre vulgar o la de un ser muy evolucionado. La madre, con su actividad psíquica durante el embarazo, puede favorecer estas cualidades o, por el contrario, obstaculizarlas. Tal es el poder de la mujer.
Supongamos que el padre posee grandes cualidades pero si la madre durante la gestación, se deja llevar por una vida desordenada, puede obstaculizar las manifestaciones de todas esas buenas cualidades. Por el contrario, una mujer puede recibir del hombre un germen defectuoso, pero si trabaja con sus pensamientos y sus sentimientos durante la gestación, todas las partículas puras y luminosas que ella emana van a oponerse a la expresión de las tendencias negativas.
Durante el embarazo, la madre le aporta al niño sustancia emocional y mental de acuerdo a sus propios estados internos. Así como se va gestando la parte física del cuerpo del bebé, así también se está gestando su cuerpo emocional y mental. Este hecho es bien importante porque, cuando el niño nace, ya tiene definido su temperamento que lo condicionará por el resto de su vida.
Un educador puede ayudar mucho a un niño, pero no puede cambiar su naturaleza, si bien puede mejorarla. La naturaleza de su cuerpo, emociones y mente depende de la madre y de cómo ella vive los nueve meses que dura el embarazo.
La mayoría de las madres desconocen la influencia de sus estados internos sobre el hijo o la hija que llevan, pensando que cuando nazca se ocuparán de su educación, pero cuando el niño nace ya es tarde para poder hacer el verdadero trabajo formador porque, con cada pensamiento y sentimiento, se han marcado tendencias que influirán en él para toda su vida.
Es tan importante para la mujer tener pensamientos luminosos porque gracias a ellos, el germen de vida que crece en ella absorberá cada día esas materias puras y preciosas y es así como dará a luz a un artista, a un sabio, a un santo...
La madre puede realizar grandes milagros porque posee las fuerzas de la vida.
LA GRAN SACERDOTISA
La cualidad femenina por excelencia es su poder de recibir, y esto hace que la mujer pueda ser receptora de energías que llegan de esferas superiores para inspirar a la humanidad. Esto no quiere decir que los hombres no puedan ejercer esta función, sino que para ello, tienen que funcionar desde su lado receptivo, femenino.
Cuando la madre reconoce esta divina posibilidad que ofrece la condición femenina, puede invocar energías que son como VITAMINAS DE LUZ para su bebé. Ella, como sacerdotisa, puede recibir en su seno energías luminosas que puede poner a la disposición de su bebé para la formación de su cuerpo físico, emocional y mental. Puede rezar y pedirle a Dios que le de los mejores materiales; puede dirigirse al Sol y pedirle que, a través de sus rayos, le aporte las vitaminas de luz necesarias para su bebé.
Pero hay que tener en cuenta también que esta misma condición receptiva hace a la mujer más vulnerable al medio en el que se encuentra. Por este motivo, debe tener sumo cuidado en escoger los ambientes en los que estará durante su período de gestación porque influirán en su estado y en el de su bebé.
Es recomendable que durante toda la gestación la madre preserve al niño y, conscientemente, con el pensamiento forme a su alrededor una atmósfera de pureza y de luz para ponerle a cubierto de las influencias negativas.
Si por algún motivo la madre se encuentra en un ambiente no apropiado debe protegerse visualizando que una esfera de luz radiante la envuelve y cierra la entrada a toda influencia negativa. Aquí, la invocación a los ángeles protectores resulta excelente, porque cuando la mujer está embarazada, su condici6n femenina está exhaltada y la naturaleza responde con mucha más fuerza porque reconoce el poder femenino que la invoca. Todo lo que la mujer haga para proteger a su bebé se convierte inmediatamente en un mandato en el mundo invisible, y la respuesta es inmediata.
Reconociendo este poder, la madre puede hacer maravillas durante los nueve meses de gestación. Si tenemos en cuenta los años a vivir, nueve meses es tan poquito tiempo... La dedicación que durante estos meses se le dé al hijo que se está gestando se traducirá en un bienestar tan grande que bien vale la pena trabajar con dedicación, como quien construye una pieza maestra. Durante estos nueve meses ella está borrando la posibilidad de situaciones penosas y construyendo un futuro maravilloso para su hijo.
"Una mujer que espera un hijo debe decirse: Durante nueve meses tengo todas las posibilidades de hacer de mi hijo un ser sano, hermoso, inteligente, noble, lleno de amor... que será una bendición para el mundo entero. Debo estar atenta para poder aportarle mediante mis pensamientos, sentimientos, deseos y actos, los elementos más puros que contribuyen a su formación. Y con este estado de conciencia debe ponerse a trabajar. Pues una vez que ha nacido, el niño se le escapa, nada se puede hacer. La naturaleza del niño ya está determinada en el nacimiento, y si esta naturaleza es defectuosa, nada o casi nada podrán hacer los educadores, los profesores, los médicos, o los psiquiatras.
La verdadera educación empieza antes del nacimiento, y comienza por la educación de los padres que deben prepararse interiormente con mucha antelación para una mejor comprensión del amor, y así poder atraer un espíritu excepcional a su familia. De esta manera se habrán esforzado por concebir a este niño en la mayor luminosidad y pureza, y una vez concebido, la madre, consciente de los poderes que la ha dado la naturaleza, trabajará para dar a este espíritu un cuerpo físico y unos cuerpos psíquicos construidos con los mejores materiales. Si millares y millares de padres en el mundo decidieran hacer este trabajo, la humanidad realmente se transformaría en tres o cuatro generaciones:" (Palabras del Maestro Omraam, Mikhael Aivanhov)
Si un niño nace con un cuerpo emocional estable y una mente capaz de funcionar inteligentemente, nace con ventajas. Su vida puede desenvolverse mejor porque sabrá reconocer las oportunidades que le ofrece la vida y las sabrá aprovechar. Estará despierto y atento, y su vida se desenvolverá sin los problemas que vemos por doquier. Dedicarse con amor y devoción a la sublime función de gestar, es ofrecerle al hijo un futuro mejor.

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