Querido público: tengo una hija y no soy heterosexual.

No me identifico completamente con ninguna etiqueta: bisexual, omnisexual, pansexual, queer, heteroflexible, homoflexible, ninguna de ellas me define ni tengo un particular interés en hacerlo. Prefiero decir eso, que no soy heterosexual o, simplemente, que soy sexual.

Antes de ser mamá, podía enfrentar toda la ignorancia y discriminación con la mano en la cintura, no tenía miedo a las consecuencias. Pero ahora, cualquier consecuencia va a afectar a toda mi familia, no nada más a mí. Desde que me embaracé, el juego cambió, sentí una enorme necesidad de adaptarme, de criar a mi hija dentro de las normas, empecé a vestirme como una señora seria y a ser discreta, eso incluyó disimular mi identidad sexual.
No tuve que hacer ningún esfuerzo: embarazada y con una pareja de otro sexo, todas las personas que he conocido desde entonces asumen que soy heterosexual, yo, simplemente, no los saco de su error si no son personas de confianza. Y, ¿por qué habría de hacerlo? Por un lado, es asunto mío, no tengo por qué anunciárselo a nadie ni andar dando explicaciones, it shouldn´t be a big fucking deal. Por otro, todavía existe mucha desinformación y prejuicios de lo que significa ser lgbtiq. 

Por ejemplo, una vez publicamos una historia sobre una pareja homoparental y la borraron de fb a petición de una persona que sigue la página; cuando postée sobre eso, indignada, hubo quien lo aplaudió, la percepción de muchos es que los padres y madres lgbtiq dañamos a nuestros hijos. Como madre, les puedo asegurar que amo a mi hija, la cuido, la educo y proveo para ella con la misma tenacidad que cualquiera.


Tenía preparado todo un post sobre la relación entre mi identidad sexual y mi experiencia como mamá, pero es algo muy íntimo y en este momento de mi vida no tengo la solvencia emocional para compartirlo, tal vez más adelante. De cualquier forma, no quiero dejar pasar este 11 de Octubre, Día Internacional pasa Salir del Clóset, sin hacer una declaración pública. Sí, me expongo a ser juzgada, criticada, expongo a mi hija al cuchicheo, pero como bien dijo mi compañera Diane, si trato el tema con miedo, le enseñaré a mi hija que es algo que hay que temer y, para mí, con todo respeto, educar a mi hija es más importante que la opinión de cualquiera de ustedes.

Además, como personas LGBTIQ todavía somos un grupo vulnerable de la población y, como tal, nos fortalece identificarnos, unirnos y apoyarnos. En nuestro contexto, salir del clóset puede ir más allá de reafirmar nuestra identidad, abrir la puerta para una vida más auténtica y relaciones más honestas; es un verdadero acto de solidaridad con quienes enfrentan discriminación, rechazo, violencia. Al declarar públicamente que podemos convivir en pareja o amar a alguien de nuestro mismo sexo o a más, contribuimos siendo visibles ante nuestra comunidad y así, romper ideas preconcebidas y crear formas de convivir pacíficas, igualitarias e incluyentes. Es levantar nuestra voz y hacerles ver que somos profesionistas, artistas, obrerxs, policías, deportistas, estudiantes, desempleadxs, somos madres, padres, somos tus hijxs, estamos en todos lados y hemos decidido abandonar el anonimato.

Espero que esto de pie a discutir mucho más el tema y si hay otras mamás y papás en esta situación cuenten con un espacio para expresar su sentir, sus sentires, para encontrar oídos empáticos y abrazos fraternales.

Over and out ;)

¡Compartiendo nuestras aventuras!




Comencé a portear (cargar a tu bebé en un rebozo o cangurera) cuando mi hija cumplió sus 3 semanas, de hecho fue mi esposo el primero que la porteo.  Estábamos muy emocionados, teniamos una cangurera, fue un regalo de una señora de mi oficina y en ese entonces aun no habíamos comprado carreola así que decidimos salir por primera vez los tres y la metimos a la cangurera.  Se sintió, ¡muy bien!  Me encanto que la teníamos cerquita, así podía ver si estaba respirando bien, si necesitaba algo, y como en ese tiempo hacia frio, se mantuvo calientita con mi esposo y durmió desde el momento que la metimos en la cangurera hasta el momento que regresamos al coche.

Semanas después, compramos la carreola pero siempre que estaba en ella me la pasaba revisándola a ver si estaba bien, me tenia que agachar o aparte siempre lloraba en ella, mi niña de mes y medio quería los brazos de mamá.. y pues yo siempre la cargaba, la tomaba con un brazo y empujaba con mi otro brazo la carreola. Esto paso varias veces hasta que me rendí y deje la carreola por la paz y la comencé a cargar en rebozo o cangurera mas seguido.

¡Para mi el porteo ha sido maravilloso! La verdad que ha hecho nuestra vida mas fácil y mas divertida. Para viajes, el porteo ha sido un salva vidas, no tenemos que cargar con un accesorio grande (la carreola), y podemos llevar a nuestra hija cerca de nosotros y segura, aparte puede ver todo los paisajes a nuestra altura y podemos directamente compartir esa experiencia juntos. 

Y no nomas en los viajes pero en la vida diaria el porteo nos ha ayudado mucho, mi esposo y yo porteamos a nuestra hija en nuestras idas al súper mercado, cuando llevamos a caminar el perro, labores del hogar (como lavar platos), haciendo ejercicio (¡esas 15 libras extras que llevas cargando te ayudan mucho!), para dormirla y arrullarla, para actividades de mi trabajo (me la he llevado a presentaciones, limpiezas de playas, juntas, etc.), entre otras actividades.

El porteo nos ha permitdo tener mas experiencias juntas, poder vernos a los ojos mas seguido, porder darnos mas besos y abrazos mientras caminamos y poder compartir momentos únicos.

Nuestro rebozo y cangurera definitivamente ha sido el producto que mas hemos usado desde que nació nuestra hija y ese apego que viene con abrazar y cargar a nuestros hijos trae muchos beneficios al largo plazo. Los ninxs que son porteados crecen con mas confianza en si mismo y en sus padres y llegan a ser mas independientes. Para los que creen que cargándola mucho la va a embracilar, luego ya no van a querer caminar o se van a "malcriar", pues les digo que YA QUISIERA que mi hija estuviera embracilada, a sus 13 meses comenzó a caminar y desde entonces me pide suelo mas que brazos, pero aun así cada que me pide que la cargue o me pide que la suba en el rebozo, jamás se lo niego, el tiempo pasa tan rápido, pronto tendrá 13 años y ya ni abrazarla va a querer probablemente, así que aprovechen ¡carguen, apapachen, abracen y compartan todas las aventuras juntos!

-Dee

¡Feliz semana internacional del porteo! Por una crianza en brazos y por una crianza feliz.

Aquí algunas de nuestras fotos porteando a nuestra hija Alessandra.