Aun recuerdo la primera vez que me saque leche para ponerla en el biberón y dársela a mi sirenito.
Fue a la semana y media de haber parido, mi pareja fue a comprar el aparato y rápido comencé a utilizarlo (después de esterilizarlo claro). Al principio me preocupaba porque no salía, después porque se me hacia muy poquito y tenía miedo de que mi bebé no se llenara. Termine sacándome 80ml.
Después me pasó algo muy extraño, cuando vi el biberón calentándose en ese aparato moderno para calentarlos me sentí "chipi" (triste), empecé a sentir que el biberón me iba a desplazar de la vida de mi hijo y pensé en no darle nunca biberón. Ahora comprendo que en algún momento de mi vida (no muy lejano) tendré que darle pues como mamá profesionista tendré que ir a trabajar y ocupare una parte de mi tiempo en otras actividades. Son indescriptibles la cantidad de emociones que he sentido desde la llegada de mi bebé, emociones tanto positivas como negativas y cada que detecto una emción negativa trato de desaparecerla para que mi sirenito solo reciba lo mejor de lo mejor y yo sentirme una mamá segura de que hago las cosas lo mejor que puedo.
-Kachy<3-
Qué linda!! se habla mucho de cómo darle pecho fortalece el vínculo del bebé con la madre, pero nadie nos avisa del vínculo tan fuerte de la madre con el bebé. Nuestro rol de mamás va cambiando conforme crecen y nos necesitan cada vez menos, pero, por lo menos yo, cada vez siento que es demasiado pronto, jeje.
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