Nunca antes había sentido tanta expectativa en mi vida. Me sentía confiada. Me sentía muy muy emocionada. Aun así nunca antes había sentido tanta presión de todo mundo, nunca había percibido tanto miedo y desconfianza por parte de los demás. Era como si parir fuera una hazaña imposible de lograr, como si por miles de años las mujeres de nuestra especie no lo hubieran hecho una y otra vez, como si nuestros cuerpos de hembras no fueran para eso. Todo mundo me veía con preocupación o con horror de que me quisiera aventar un parto así "a la brava". Una tía me escribió y me dijo "Mijita por favor, si no puedes solo pide anestesia, no te niegues a una cesárea, una nunca sabe lo que puede pasar o si su cuerpo va a dilatar o no". !Gracias tia por las porras!
Faltando un par de semanas fui a mi último ultrasonido. Un mes antes mi bebé tenía el cordón umbilical al cuello (lo cual es completamente normal y nada de que alarmarse, más de la mitad de los bebés se enredan con el cordón) y yo no le había dicho más que a Izauro, mi pareja, para que todos los opinólogos no empezaran a meter su cuchara. Bueno, nos anunciaron en este ultrasonido que Isaurito ya estaba desenrredado. Claro que no fue chiripa, en las clases de Yoga prenatal nos ponían a gatear y a hacer ejercicios que ayudaban a que se acomodara y desenrredara el bebé y eran muy efectivos. En este último ultrasonido el doctor nos dio buenas noticias "el bebe está desenrredado, está en posicion correcta y ya está encajado" y al ver nuestro gesto de felicidad y alivio agregó "!pero eso no quiere decir que no vaya a ser cesárea eh!". !Claro que no Doctor!, jamás osaríamos asegurar que nuestro parto iba a ser natural, porque eso es algo tan fuera de nuestras manos, tan impredecible, tan raro de lograr, que nunca hay que olvidar que la cesárea está lista para rescatarnos de cualquier imprevisto (SARCASMO).
Bueno, y después del ultrasonido fuimos a que me hicieran una radiografía pélvica, para medir la cabeza del bebé y el tamaño de mi pelvis y ver si iba a caber. Pues los resultados fueron puros números así que los llevamos con el Doctor que iba a estar en mi parto. Su interpretación fue que "Hay posibilidad de que pase, pero hay posibilidad de que no pase la cabeza. Hay 50% de posibilidad de que sea cesárea" Chinn pensé, pero me dije a mi misma "Es doctor, no sabe lo que dice" (jiiji). Pero bueno, la verdad hasta el más confiado se pone poquito inseguro con tales afirmaciones viniendo de alguien con bata blanca (un doctor pues). Y al hacerme un tacto vaginal (que ahora me da tanto coraje no haberle dicho que NO era necesario que me lo hiciera) me dijo "¿Te duele?" y le dije "Sí, es que no soy muy tolerante al dolor" (!!Error mío de mostrar debilidad frente a un doctor!!) y me dijo "El no tolerar el dolor también puede ser causa de cesárea, hay mujeres que no soportan el dolor de parto, es el dolor mas fuerte que existe". No entiendo como esa puede ser una opinión profesional o en qué puede ser beneficiosa para una mujer a punto de dar a luz, en verdad no entiendo.
Además también me dijo que ya tenía un centímetro de dilatación y que probablemente ya había perdido el tapon mucoso, que ya no pasaba de un par de días o una semana para que empezara mi labor de parto. Me recomendó reposar y ya no ir a nadar a la alberca, además de que le pregunté si podía tener relaciones y me dijo que no. O sea, no quería que hiciera nada, que aburrido.
No pues salí emocionada aunque un poco nerviosa de ahí. De volada fui a publicarlo al Facebook bien orgullosa "Ya tengo un Cm. de dilatación" y todo mundo ya juraba que yo estaba pariendo en ese momento. No pues error porque desde ese día, que era como 1ro de febrero mas o menos (Isauro nació el 10), todos me preguntaban a todas horas "¿Ya casi? ¿Ya casi? ¿ya casi?" o me hacían bromas como "Ya te estás quedando".... "Ya se te está pasando"... Que una se las toma de broma, pero por dentro es como que "ja Ja ja !vete al demonio!". Sin mencionar que alguien muy cercano que no quiero decir quien es se dedicó a preguntarme tres veces al día a partir de ese momento "¿Ya?... ¿¿Y sí se está moviendo?? ... ¿No será bueno que se vayan de una vez al hospital?... ¿Pero sí estará bien el bebé?.. ¿Sí se mueve? ... ¿¿Segura?? .... ¿Y si le llamas al doctor?". No bueno, era la angustia personificada.
Mientras, yo tratando de ignorar a medio mundo y preparándome, pero era difícil ahora que me habían dicho que ya no fuera a nadar. Además de esto, amigas y conocidas me metían el temor de la famosa fecha de parto (que ni siquiera había llegado aún). La gestación de una mujer dura entre 38 y 42 semanas y si a esto le sumas que la mayoría de las veces no se sabe con exactitud el día de la concepción, en realidad tenemos que ver las fechas probables de parto como un aproximado muy tentativo. Sin embargo, desde que comienza la semana cuarenta todos ya te están preparando psicológicamente para el escenario de que te tengan que inducir artificialmente y yo creo en verdad que cuando se interfiere de esa manera con un proceso fisiológico como el parto, una intervención lleva a la otra, se descontrola el balance natural de las cosas y muchas veces se termina en una cesárea innecesárea o en un parto muy largo, doloroso, en el que la mujer no tiene voz ni opinión sobre su cuerpo y su bebé, o en el que debe sufrir cortes y mutilaciones que no se necesitaban.
Al final el bebé nace sano y es lo único que importa ¿verdad?. Pues yo creo que la mujer también importa. En un parto nace un bebé pero también nace una madre. ¿Porqué minimizamos lo trascendental de la experiencia del parto? Al final muchas mujeres se sienten desepcionadas, violentadas, mutiladas, culpables, desconectadas de sus bebés, les cuesta iniciar la lactancia ante la ausencia de esas hormonas animales que no se activaron durante el parto, les duele la operación, sienten un vacío, se sienten solas y no dicen nada, porque la sociedad les hace creer que eso es lo de menos, lo importante fue que el bebé naciera "haiga sido como haiga sido".
No estoy en contra de las cesáreas. Sí, una cesárea puede salvar una vida, en los pocos casos en que la mujer no pueda dar a luz. Pero ¿Cuáles son esos casos? Según la Organización Mundial de la Salud, la cesárea solo está indicada en los siguientes casos:
- Placenta previa total a término.
- Posición fetal transversa con dilatación completa.
- Prolapso de cordón.
- Placenta abrupta. (Desprendimiento de la placenta)
- Eclampsia o síndrome HELLP cuando falla una inducción.
- Tumor de gran tamaño en el útero que bloquea la cerviz al alcanzar dilatación completa. Casi todos los fibromas se mueven hacia arriba a medida que el cuello del útero se abre, quitándose del paso del bebé.
- Verdadero sufrimiento fetal confirmado por una muestra de gases sanguíneos del cuero cabelludo fetal o un perfil biofísico.
- Verdadera desproporción cefalopélvica o DCP (el bebé es demasiado grande para la pelvis materna). Esto es muy poco común y sólo está asociado a deformidades pélvicas (o a una rotura pélvica mal sanada). La posición fetal durante el trabajo de parto y la posición materna durante el expulsivo, especialmente cuando las mujeres están en posición semisentada, son las causas por las que se diagnostican la mayoría de las DCP en la actualidad.
- Primera erupción de herpes activo al comienzo del trabajo de parto.
- Ruptura uterina.
Algunos datos alarmantes sobre la cesárea:
- La Organización Mundial de la Salud no recomienda la cesárea en más de 10-15% de los casos
- América Latina es la región donde más se practican cesáreas. En 2010 el 38% de bebés nacidos en América Latina fueron cesáreas
- Según UNICEF, en México la mitad de los bebés nace por cesárea (verdaderamente alarmante)
- El número de cesáreas en hospitales privados en México es de 70% y en hospitales públicos de 41%
Para hacer un último comentario sobre la cesárea, quiero agregar que en los pocos casos en que sí sea la única opción, se debe de exigir que la cesárea también sea humanizada. Es un tema tan extenso e interesante que le dedicaré otro post, pero les comparto una historia de una Cesárea Respetada muy bonita
Continuando con mi historia.... Después de mi visita al doctor y sus recomendaciones, pasé solo como 3 días encerrada hasta que decidí hablarle a Georgina, mi Doula, y platicarle. !Ufff! luego luego puso orden en mi pequeño caos. Primero que nada me dijo "A ver nena, léeme lo que dice en la radiografía pélvica". Y me explicó que eran las medidas y que claramente decía que claro que sí cabía el bebé. Además me explicó que los huesos de la pelvis se mueven, son muy flexibles, se expanden, no son estáticos y rígidos. "Tu bebé va a caber". Y luego "¿Porque no has venido a la alberca ni al yoga?". Y ya le expliqué que no me quería ni mover después de la asustada que me dio el doctor. Pues después de hablar con mi adorada Geo, me volví a sacudir todos los miedos, regresé al yoga, a la alberca y a mis actividades normales. Eso sí, la gente no paraba de decirme que ya se me estaba pasando la fecha.
Ahora cada vez que veo a una embarazada en las últimas, en vez de estarla torturando con "¿Ya casi? ¿ya casi? ¿ya casi?", le digo que lo disfrute, que se relaje, que se tome fotos con su panza los ultimos días, que se coma un delicioso postre chocolatoso diario para inducir al parto, que nade, que camine en la arena, que haga el amor (algunos de estos son métodos naturales para inducir al parto).
Al día siguiente mi amiga Marcell se fue a la casa con todo su kit de belleza y extreme makeover y me dio un manicure, pedicure y facial que de puro milagro no se me salió el chamaco ahí mismo de lo a gusto y relajada que quedé.
Ya los últimos días de plano se me resbalaban todos los comentarios negativos, solo me dedicaba a comer postres, hacer yoga, hacer el amor, caminar mucho y disfrutar mi panza.
Sin duda las últimas semanas de mi embarazo fueron las más bellas y memorables. Considero que en verdad se requiere de una gran concentración y entereza durante esos momentos, ya que se está creando la fortaleza para un gran reto y lo menos que necesita una mujer en ese estado son miedos externos, gente que la haga dudar de su cuerpo, sobre todo si esa gente es cercana como familiares y amigos o si es una autoridad como un médico. El mundo tiene que entender que el reto es de la mujer, de su espíritu y su cuerpo, que no depende de nadie más. Creo que eso es lo que pone nerviosos a los doctores, que algo no esté en sus manos, que no lo puedan controlar.
Estas son algunas de las actividades que hice y disfruté muchísimo en mis últimas semanas de embarazo:
- Ir a la alberca, acompañada de mi doula y mis compañeras y nuevas amigas de CAMI. Lo padre es que todas teníamos fecha probable de parto en febrero y compartíamos la misma experiencia. Fue también muy bonito ver como cada día nacía uno de los bebés y preguntarnos quien seguía
- Hacer yoga, también en CAMI. Era muy relajante y me permitía meditar sobre lo que estaba a punto de pasar
- Preparar el Playlist de la música que tendríamos durante el parto. Le pedímos a cada uno de nuestros amigos que le dedicaran una canción a nuestro bebé. Las últimas semanas me la pasaba escuchando esa música y cantando
- Dejarme chiquear por Izauro. Sobre todo en lo concerniente a comida. En las últimas semanas todos mis antojos fueron cumplidos, ya fueran tacos de papa con chorizo, chocoflán, comida china, etc, etc...
- Comer un postre diario. Nunca olvidaré ese consejo de mi Doula (tal vez porque es el que más me gustó jajaj) de que entrando la semana 38 podíamos comer un postre muy dulce y delicioso diario para inducir al parto. Ese consejo lo seguí al pie de la letra.
- Limpiar y ordenar la casa como maniática (después descubrí que se llama Nesting)
- Ver videos de parto en agua, los cuales me hacían llorar por lo hormonal que estaba.
- Imaginar mi parto. Cerrar los ojos y repasar cada detalle.
- Dormir.
- Caminar. A veces solo íbamos a Plaza Río a caminar porque pensábamos que el momento podía llegar en cualquier segundo y queríamos caminar y caminar sin rumbo fijo.
- Hacer listas. Fue una obsesión bien loca. Listas de cosas que necesitaba para el parto, listas de las cosas que faltaban para el hospital, listas de las listas, etc.
- Estresarme un poco por el dinero
- Emocionarme, ponerme nerviosa, ponerme chipilona, ponerme confiada, ponerme fuerte, ponerme miedosa, volver a emocionarme
- Hablar con mi panza
De repente un día amanecí con un dolor peculiar en la espalda y vi un arcoiris por la ventana. El día había llegado.
Mi parto fue hermoso justo como lo quería. El bebé sí cupo, no hubo ninguna complicación ni fue necesaria ninguna intervención médica. Isaurito nacioó sano y mi cuerpo no sufrió cortes ni desgarres ni nada. Fui tratada con respeto y dignidad, mis decisiones fueron respetadas siempre. Tuve el parto que quise y con el apoyo de Izauro (mi pareja), Georgina (mi Doula), mi mamá desde el cielo, y claro, mi bebé que hizo su parte, lo logramos. Confié en mi cuerpo y en mi y nunca había tenido una experiencia tan empoderante.
Dos consejos que puedo dar para no caer en el miedo son:
- Informarse muchísimo: leer todo lo que puedan. En serio en mi embarazo descubrí que la información es poder.
- Conseguir una Doula. Son maravillosas, están informadas y tienen toda la experiencia. Ellas pueden contrarrestar las opiniones muchas veces exageradas del personal médico, ofrecerles métodos alternativos y naturales. Además están calificadas para saber cuando es necesaria una hospitalización o una intervención, pero primero buscan lo natural.
Mujeres, madres, futuras madres. No tengan miedo, confíen en su cuerpo, recuerden que todas sabemos parir.
Con amor,
Pau "la Embracilada"
Te comparto aqui mi historia de parto:
Algunos de mis antojos (que Izauro cumplió muy bien) |
Spa a domicilio, cortesía de Marcell |
Mi último día de Yoga Prenatal |
FUENTES
Uff, de plano mis partos fueron cesáreas absolutamente innecesarias....
ResponderEliminarAna Karina Aguayo, me ha tocado escuchar muchas mujeres que me dicen lo mismo y que no están satisfechas con su experiencia. En algunos casos sí lo están porque saben que su cesárea fue algo necesario y porque se hizo de manera respetada, con trato digno y tomando en cuenta la decisión de la mujer. Pero en muchos casos es de manera arbitraria y sin consultar o explicar bien a la mujer, y muchas veces sin fundamento. Estamos pensando que estaría bien hacer como un taller donde varias mamás platicaran sus experiencias de parto, positivas y negativas... compartiendo información y experiencias y uniéndonos es que podemos cambiar las cosas. Saludos!
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