En Crianza Alternativa, hemos formado una Tribu muy especial. Somos mamás que nos brindamos apoyo y compartimos información sobre la crianza con apego. Una de nuestras premisas básicas es portar a nuestros bebés. El mantener un contacto físico y emocional con nuestros hijos, no dejarlos llorar (contrario a lo que nos aconsejan muchos), llevarlos a todos lados, es parte fundamental de nuestra filosofía. Se trata de la "Crianza en brazos". Por eso orgullosamente cargamos a nuestros bebés en rebozos, fulares, mochilitas o kangureras. Estamos embraciladas y nos encanta.
Para celebrarlo, decidimos invitar a otras mamás a unirse a la tribu y traerse a sus nenes con todo y rebozo, para una clase de yoga muy original. Una vez más Mayela de Mutzu Yoga nos abrió las puertas, en un ambiente de mucha paz e iluminación. Primero llegaron las bloggeras de Crianza, que fueron recibidas por Maye y la pequeña Greta de 4 meses. Después se instaló nuestra amiga Lizett con sus pañales Mami Planet, ecológicos de tela, ya que en Crianza Alternativa queremos promover toda inciativa que sea para beneficio de nuestros hijos y del medio ambiente. Yo emocionadísima ya que por primera vez tuve a la venta los rebozos oaxaqueños Inda Jani, de los cuales soy distribuidora y que me llegaron de Oaxaca una noche antes. Se veían hermosos todos los pedazos de tela de colores tan vivos alineados en fila, listos para comenzar.
Fueron llegando las mamás una por una y para nuestra grata sorpresa, varios papás muy involucrados con sus hijos también tomaron la clase, algunos llegaron incluso portando a su bebé en rebozo. También hubo una abuelita. Entonces Judith tomó la palabra y con gran elocuencia nos platicó sobre los beneficios físicos y psicológicos de portar a nuestros bebés. Después Diane y Coco dieron unas demostraciones de como amarrarse los rebozos y fulares. Es todo un arte. En verdad nuestras hermanas oaxaqueñas tienen un gran talento de dominar el arte del rebozo. Unas a otras las mamás nos ayudamos a amarrarnos esos laaaargos pedazos de tela y a acomodar a nuestros bebés, en mi caso un bebotote de 10 kg.
Finalmente empezó la clase, la voz hipnotizante de Maye nos transportó a cuando cargabamos a nuestros bebés en nuestro vientre, cuando éramos uno mismo. Me hizo recordar a mis clases de yoga prenatal, cuando esperaba a Isauro Fernando. Nos hizo bailar con nuestros bebés, hacer diversos movimientos en diferentes ritmos siguiendo la música, la respiración y nuestro instinto. En menos de lo que nos imaginamos, casi todos los bebés estaban completamente dormidos en los rebozos. Se relajaron tanto que todos quedaron a gusto dormiditos escuchando el corazón de mamá.
Fue una experiencia muy bonita. Sobre todo la satisfacción de saber que somos una comunidad de padres y madres jovenes realmente involucrados en la crianza de nuestros hijos, realmente interesados en saber más, en investigar, en ir más allá, en brindarnos apoyo, en lograr un cambio para la próxima generación. Fue muy bonito sentirme parte de algo tan trascendente.
Les comparto un poco de esa emoción con las siguientes fotos de nuestra celebración:
Pau "la Embracilada"
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