Como mami alternativa, me gusta reflexionar sobre las decisiones de maternidad que siento
que la sociedad, las abuelas o como queramos llamarles tomaron por mí. Es por
eso que pregunto, investigo y busco la opción que sea la mejor para mi familia.
La navidad no es la excepción. No me voy a meter en el asunto de religión y
cristianismo… pero lo que a mí me causa malestar es la manera en la que le
mentimos a los niños. Les decimos que en navidad un hombre gordo llega
a su casa a media noche y les deja regalos si se portan bien. La mayoría de la gente lo hace,
parece una mentira tan “blanca” que ni siquiera le llamamos mentira… es
simplemente el “seguir la tradición”, “promover la diversión”, o hasta el ya famoso
“a mí me lo hicieron y no me pasó nada”.
Suena tan divertido, tan fantasioso,
tan maravilloso que los niños crean y se emocionen que pasamos por alto el
hecho de que les mentimos en sus caritas ilusionadas; y no solo eso, les
hacemos creer en eso por años y años. Pero ¿qué pasa cuando se enteran de la
verdad? ¿De verdad crees que no haya consecuencia alguna? Hoy sabemos que
cuando la mamá no responde al llanto de un bebé, un vínculo de confianza se
rompe, o por lo menos no se fortalece y desarrolla como lo hace cuando les
mostramos que siempre estaremos para ellos. ¿Por qué pensamos que el mentirles
por años no tiene consecuencias?
Yo nunca hice ningún plan sobre lo que le diría a Isaac (de
ahora 5 años) sobre santa y la navidad, es algo tan obvio, tan natural que ni
siquiera dudé en decirle lo mismo que mis papás me dijeron a mí. Sin embargo,
desde que comencé en esta aventura de la maternidad, he aprendido a jamás
ignorar mi instinto. Ese pequeño malestar en el estómago que me advierte cuando
algo no está bien, cuando algo no se siente correcto… y la 1ra vez que Isaac me
preguntó sobre santa, hace ya algunos años, lo sentí, escuché esa vocecita que
me dijo que estaba a punto de mentirle abiertamente a mi hijo, el niño que
confiaba en mí más que en nadie en el mundo… y no pude hacerlo. Vi su rostro lleno
de duda, con cara de no puede ser y le contesté que no, que santa no existía
como tal pero que su papi y yo le íbamos a dejar regalos debajo del arbolito.
No vi decepción en sus ojos, la 1ra vez que me preguntó fue la 1ra vez que
alguien le habló de él. Y yo sé que nunca creyó que existiera. A Isaac le
encantan los superhéroes, su favorito es Gokú… juega a que es él, a que mata a
los malos. Él sabe que Gokú no existe, pero eso no lo hace menos divertido, la
imaginación no necesita de una mentira para alimentarse.
Yo no creo que mi hijo de 5 años se divierta o se ilusione por la navidad menos que cualquier otro niño. Cuenta los días, canta villancicos,
ama la navidad. ¿La diferencia? Su mamá no le mintió sobre santa… y por lo
menos hasta hoy no le ha roto el corazón a ningún niño diciéndole que no
existe. Porque ¿no es verdad que cuando alguien le dice a un niño que santa no
existe, sentimos que lo lastimaron? ¿Por qué si alguien más lo hace es
lastimarlo pero si su mamá o papá se lo dicen no? Yo jamás le he pedido a mi
hijo que no lo comente, él sabrá si lo hace o no. Y si lo hace no me voy a
molestar con él ni mucho menos. Yo no creo que los cuentos de hadas sean
parecidos a la realidad y para mí santa es eso, un cuento de hadas que mi hijo
no tiene por qué creer solo para más adelante sentirse decepcionado.
Respeto las decisiones de cada familia, no voy a ir por la vida
contándoles a niños ajenos que no existe santa, ¡mi hijo hasta les sigue el
juego a los niños cuando hablan de santa! Yo lo único a lo que los invito es a
pensarlo. Muchas veces dejamos que tomen decisiones por nosotros, sobre todo
cuando se trata de la paterniadad y nuestro principal error es no cuestionarlo.
Es fácil descartarlo con argumentos como “son niños” o “no pasa nada”. Yo solo
sé que mentirle a mi hijo no es para mí. Es verdad que en ocasiones es
imposible no hacerlo, no digo que jamás lo haya hecho, lo que digo es que
siempre que lo pueda evitar, lo haré.
Les dejo un artículo sobre el tema, esto es simplemente mi opinión al
respecto. ¡Y sus opiniones también son más que bienvenidas!
¡Les deseo una Navidad llena de amor y gozo a tod@s!
ASH
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